Desde niño, el mundo audiovisual me fascinaba. Siempre llevaba un lápiz en la mano, dibujando aquello que me apasionaba, especialmente la naturaleza. Con el tiempo, el cine se convirtió en otra de mis grandes influencias; sin él, mi fotografía no sería la misma. Esa combinación de intereses me llevó a orientar mis estudios, pero fue en uno de mis trabajos donde realmente se encendió la chispa: entendí que la fotografía no solo había estado presente en mi vida, sino que quería convertirla en mi profesión.